¿Por qué Alaska pertenece a los Estados Unidos?

Alaska es un territorio conocido mundialmente por las bajas temperaturas que se registran en las ciudades que se ubican más al interior de su geografía, que además de alcanzar los -30°C en sus épocas más frías, durante el verano puede llegar a los 35 °C de temperatura, por lo que vivir en esta región es un absoluto y completo desafío.
No solo eso, actualmente Alaska es uno de los territorios con mayores reservas de petróleo de los Estados Unidos, por lo que sus actividades comerciales han florecido en las últimas décadas a pesar de las extremas condiciones de vida que ofrecen dichos campos.
Sin embargo, más allá de los maravillosos paisajes y riquezas naturales con las que cuenta Alaska, este territorio tiene una historia más que interesante en su haber, por lo que hemos decidido contártela y hacer un pequeño resumen de la misma en este artículo, ya que es una importante pieza de historia para la nación norteamericana y su contraparte rusa.
Antes de comenzar con la historia, te recordamos que si quieres viajar a Estados Unidos para visitar Alaska o alguno de sus otros estados, puedes solicitar tu visa ESTA a través de nuestro portal; en él solo deberás completar con tu información personal el formulario ESTA y así estarás optando por este documento de vital importancia al momento de ingresar a territorio norteamericano.
El nombre de este frío territorio se toma del vocablo de la lengua aleutiana-esquimal, alyeska, el cual significa, literalmente, el objeto contra el que la acción del mar es dirigida, traducido también en ocasiones como tierra grande.
Los primeros nativos llegaron a este territorio luego de atravesar el estrecho de Bering, proveniente de naciones asiáticas. El primer contacto de exploradores europeos se dio como resultado de la expedición de Vitus Bering, navegante danés que estaba al servicio del gobierno ruso en busca de nuevos territorios que conquistar.
En este contexto se generaron las primeras interacciones entre los nativos y los exploradores europeos, las cuales, según varios historiadores no fueron violentas en un principio, pero que se vieron ensuciadas por algunas enfermedades transmitidas por los europeos, generando conflictos que terminaron acabando con la vida del 75% de la población nativa.
Luego de fundar su primera colonia en la isla de Kodiak, los rusos se dedicaron a iniciar un proceso de aculturación de los nativos que quedaban en la zona, haciendo que conocieran y practicaran sus costumbres. En ello cumplió un rol fundamental la iglesia cristiana ortodoxa, religión oficial de la nación rusa durante el siglo XVIII, etapa de conquista de Alaska.
Sin embargo, Alaska era un lugar de todo menos tranquilo, pues a finales del siglo XVIII y a principios del siglo XIX sus límites se veían a menudo invadidos por tropas de diversos países europeos como España o Gran Bretaña, quienes incluso lograron colonizar algunas regiones, haciendo que los rusos vieran complicado mantener el orden dentro de sus fronteras.
De esta forma, bajo una crisis económica de impacto considerable, el 18 de Octubre de 1867 el gobierno ruso decide vender el territorio de Alaska al, en ese entonces, secretario de estado de los Estados Unidos William H. Seward, quien cerró la operación por un total de 7,2 millones de dólares, cifra exorbitante para la época y por la que fue muy criticado este político norteamericano.
Desde entonces, la capital de Alaska pasó a ser Juneau, en detrimento de Sitka y, a pesar de que se consideró como “la locura de Seward” la compra de este territorio, el gobierno estadounidense se esforzó por incluir este territorio dentro de su estructura organizacional de estados, hito que terminó logrando de forma procedural.
La ubicación de Alaska jugó un papel fundamental durante la Segunda Guerra Mundial, siendo un territorio de concentración de los países aliados para su lucha contra Japón. Posteriormente, tras el descubrimiento de diversos yacimientos petrolíferos y riquezas naturales, se le ha prestado más atención al potencial comercial de Alaska.
No obstante, diversas organizaciones protectoras del medio ambiente se mantienen atentas ante las acciones del gobierno estadounidense en la zona, pues se considera como uno de los Refugios de vida Silvestre más importantes del mundo, por lo que su alteración podría causar graves daños a las especies que habitan la región.
Actualmente, Alaska es un estado más de los Estados Unidos y un destino turístico poco usual pero muy interesante para los viajeros que quieren vivir experiencias únicas que le permitan conocer los fríos paisajes y la variabilidad climática que puede presentar la tierra.
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